El sistema respiratorio es responsable del intercambio de gases dentro del cuerpo. Está compuesto por la nariz, la boca, la tráquea y los pulmones. La acción automática de la respiración ocurre aproximadamente 20,000 veces al día, llevando oxígeno al cuerpo para obtener energía y crecimiento. Por lo general, no tiene que preocuparse por su patrón de respiración. Cuando su cuerpo necesita más oxígeno, su tasa de respiración aumenta. Pero cuando el cuerpo está sufriendo, su frecuencia respiratoria y el intercambio de oxígeno se ven afectados.
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Tasa de respiración
La tasa de respiración es la cantidad de respiraciones que toma una persona en un minuto. La frecuencia normal de respiración es de 15 a 20 respiraciones por minuto. Cuanto más activo eres, más oxígeno necesitan tus músculos, por lo tanto, tu ritmo de respiración aumenta para satisfacer esta demanda. En reposo, se considera anormal tener tasas de respiración mayores de 25 o menores de 12. Las respiraciones agónicas pueden ser tan bajas como de tres a cuatro respiraciones por minuto.
Respiración agonal
La respiración agónica también se conoce como dificultad para respirar. Es una señal de que el cuerpo no está recibiendo el oxígeno que necesita. Ocurre con mayor frecuencia cuando una persona está muriendo activamente. Son indicativos de un paro cardíaco o el proceso de morir de cáncer de pulmón o enfisema.
Presentación
La Asociación Estadounidense del Corazón observa que la respiración agónica puede presentarse como un sonido de resoplido, borboteo o jadeo. La duración varía de persona a persona y dura de unos minutos a algunas horas. Las respiraciones normales son regulares con respecto al tiempo. La respiración agónica es irregular y esporádica. Es importante recordar que la respiración agónica no es suficiente para administrar oxígeno al cuerpo. Es un signo de angustia y, por lo tanto, no se considera que respira.
Ataque cardíaco
En una nota positiva, la Asociación Estadounidense del Corazón cita que un paciente que muestra respiración agónica cuando sufre un paro cardíaco tiene más posibilidades de sobrevivir que uno que no lo hace. También indican que cuando hay respiraciones agónicas, el cerebro todavía está funcionando. Cuando la RCP se realiza en aquellos que todavía están sin aliento, tienen más posibilidades de sobrevivir que aquellos que no muestran signos de respiración.