La fatiga puede ser un signo de alergia a los alimentos, incluida la alergia a la proteína de la leche. Puede estar relacionado con otros síntomas crónicos de la alergia, como tos, secreción nasal o problemas de digestión, que interfieren con su sueño. Consulte a su médico para que lo ayude a identificar la causa de su cansancio. Se pueden realizar pruebas de alergia para determinar si la alergia a la leche es la culpable.
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Síntomas
Otros síntomas de la alergia a la leche pueden incluir urticaria, sibilancias y vómitos. Con el tiempo, estas pueden ir acompañadas de heces sueltas o con sangre, diarrea, calambres abdominales, tos, sibilancia, secreción nasal, ojos llorosos y sarpullido con picazón, a menudo alrededor de la boca. Los síntomas de la alergia a la leche generalmente comienzan unos minutos o unas horas después de beber leche o consumir alimentos que contienen leche.
Causa
La alergia a la leche es una reacción a las proteínas de la caseína en la leche y otros productos lácteos. Cuando las personas con alergia a la leche consumen estos alimentos, el cuerpo monta una respuesta inmune produciendo anticuerpos contra la proteína y liberando histamina en la sangre. Desafortunadamente, muchos alimentos contienen fuentes ocultas de leche, incluidas carnes procesadas, dulces y productos de soya. Como resultado, puede ser difícil identificar esta alergia simplemente mediante el seguimiento de su respuesta a los productos lácteos.
Diagnóstico
Es probable que su médico lo remita a un alergólogo para que lo pruebe si se sospecha alergia a la leche. Las pruebas cutáneas pueden usarse para examinar la respuesta de su cuerpo a una pequeña cantidad de proteína láctea. En algunos casos, se obtendrá una muestra de sangre y se combinará con la proteína caseína para buscar anticuerpos.
Tratamientos
La única manera de prevenir los síntomas de la alergia a la leche es eliminar todas las fuentes de proteína de la leche de su dieta. Esto puede ser un desafío ya que muchos alimentos procesados contienen caseína en diversas formas. Los antihistamínicos a veces se usan para ayudar a controlar los síntomas de la alergia a la leche. Las vacunas contra la alergia no tienen éxito en el tratamiento de la alergia a la leche, pero los estudios están en curso.
