Su columna vertebral es una columna de huesos llamada vértebras y discos duros que contienen cartílago que amortiguan la columna vertebral. Una banda gruesa y protectora que presenta una sustancia parecida a un gel debajo de ella rodea los discos. Si la banda que rodea el disco se agrieta o se rompe, esta sustancia en gel puede salir del disco y ejercer presión sobre los nervios cercanos que corren por la médula espinal. En una hernia de disco cervical, esta presión afecta a las nueve vértebras cervicales que forman la parte superior de la columna vertebral, incluso en el cuello. El resultado puede ser dolor en el cuello y los hombros y entumecimiento u hormigueo en las manos y los brazos.
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Causas
Los discos cervicales pueden herniarse debido a un factor estresante repentino, como una lesión en el cuello o después de un deterioro lento de la columna vertebral. Practicar una mala postura, como la caída de brazos, o realizar repetidamente ejercicios de torsión también contribuye a un disco herniado de cuello uterino. Debido a que las lesiones del cuello pueden ser graves y amenazar la función de la médula espinal, es importante obtener un diagnóstico médico antes de comenzar los ejercicios. Su médico discutirá sus síntomas, tomará imágenes y examinará su cuello para hacer un diagnóstico. Discuta con él los ejercicios que normalmente realiza. Probablemente recomendará ejercicios de fisioterapia para reducir el dolor y promover la flexibilidad.
Marco de tiempo
Cuando inicialmente experimenta dolor de hernia discal cervical, su médico puede recomendar descansar el cuello durante uno o dos días después de un brote. Es posible que experimente espasmos nerviosos y dolor que dificultarían el ejercicio. Durante este período de tiempo, aplicar hielo y calor al área puede ayudarlo a encontrar alivio. Si bien puede ser tentador permanecer sedentario, el ejercicio puede ayudar a los músculos del cuello después de un brote, eliminando la rigidez que puede contribuir al dolor de cuello. Realizar ejercicios suaves de estiramiento y ejercicios cardiovasculares que no causan movimientos bruscos y bruscos puede ayudarlo a sentirse mejor en los días o semanas que le lleva a que su dolor de cuello disminuya.
Ejercicios para evitar
Ciertos ejercicios pueden ejercer demasiada presión sobre el cuello, los hombros o los brazos. Esto incluye levantar pesas pesadas, especialmente aquellas que debe levantar por encima. Deje caer a pesos más bajos y más repeticiones en su lugar para reducir la tensión colocada en el cuello. Los ejercicios cardiovasculares intensos, como los sprints de alta intensidad o aeróbicos intensos, también pueden ejercer demasiada presión sobre la columna vertebral y dañar las hernias discales. Evite estos ejercicios para reducir su riesgo de sufrir más lesiones.
Ejercicios para realizar
Aunque experimente una hernia discal, puede participar en la mayoría de los ejercicios después de que su ataque haya remitido.Estos incluyen caminar, andar en bicicleta y nadar. Aúne estos ejercicios con suaves movimientos de estiramiento para el cuello y los hombros. Mirar de un lado a otro, inclinar la cabeza hacia un lado, luego hacia otro y alcanzar los brazos por encima puede ayudarlo a mantener el rango de movimiento que reduce el dolor. No olvides practicar siempre una buena postura, tirando de tus hombros ligeramente hacia atrás y mirando al frente.