Las campañas de divulgación se centran con frecuencia en los efectos negativos de la presión arterial alta, que puede incluir un mayor riesgo de muerte prematura debido a un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular. Si bien la presión arterial baja puede ofrecer algunos beneficios para la salud, si su presión arterial está por debajo de 90/60, tiene hipotensión. La hipotensión puede interferir con la capacidad de sus músculos para funcionar de manera efectiva y puede hacer que el ejercicio sea más desafiante.
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Hipotensión: ¿bendición o maldición?
Una variedad de factores puede afectar la presión arterial, y algunas personas extremadamente aptas físicamente experimentan una caída abrupta en la presión arterial. Si usted es un aficionado al ejercicio y su presión arterial ha disminuido constantemente, es posible que no interfiera con su resistencia muscular. Su médico no tratará su problema a menos que cause síntomas. Pero los problemas del sistema endocrino y cardiovascular, la deshidratación y el embarazo pueden hacer que su presión arterial baje, por lo que si la disminución es repentina, hable con su médico. Algunas personas también experimentan un descenso en la presión sanguínea inmediatamente después del ejercicio, pero esto no interferirá con su resistencia.
Problemas con la resistencia muscular
Cuando hace ejercicio, su presión arterial y frecuencia cardíaca aumentan para suministrar sangre y oxígeno a sus músculos y órganos. Los cuerpos de personas muy en forma física podrían no tener que trabajar tan duro para lograr este objetivo, lo que daría como resultado una presión arterial más baja. Pero para muchas personas, si la presión arterial es demasiado baja, los músculos no pueden funcionar tan bien. Es posible que experimente fatiga, dolor muscular, debilidad o una sensación de hormigueo en los músculos.
Otras preocupaciones sobre la hipotensión
La hipotensión no afectará solo su resistencia muscular; también puede afectar tu resistencia general. Las personas con presión arterial baja son más vulnerables a los mareos y los desmayos, que pueden interferir con su capacidad para ejercitarse. También puede experimentar dificultad para respirar, sed extrema, confusión, visión borrosa o piel fría y húmeda. Estos síntomas también pueden ocurrir con otros trastornos, así que hable con su médico en lugar de asumir que son el resultado de la presión arterial baja.
Opciones de tratamiento
Si su presión arterial es demasiado baja para que pueda hacer ejercicio de manera segura y cómoda, su médico puede recetarle medicamentos o cambiar sus medicamentos actuales si ya está tomando medicamentos recetados. Aumentar su ingesta de sal también puede aumentar su presión arterial. Hasta que la hipotensión esté bajo control, evite ponerse de pie repentinamente, lo que puede causar desmayos y beber mucha agua antes, durante y después de su entrenamiento.