Aunque el apio ha sido utilizado como remedio herbal por miles de años, no es conocido por sus propósitos medicinales en el mundo occidental. En el pasado, el apio se usaba para tratar una serie de dolencias, como la gripe, la enfermedad hepática, la retención de agua y la artritis. Hoy en día, se usa principalmente como diurético y para tratar la gota. Los suplementos de semillas de apio se clasifican como alimentos por la FDA y, por lo tanto, no se evalúan para determinar su seguridad y eficacia. Pregúntele a su médico primero antes de tomar semillas de apio, ya que hay algunos efectos secundarios.
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Semilla de apio
El apio que conocemos hoy originalmente creció salvaje en la región mediterránea. Su nombre científico es Apium graveolens, y está relacionado con el hinojo, la zanahoria y el perejil. La planta crece como un tallo a una altura de dos a tres pies, y la semilla se cosecha de las flores. Las diminutas semillas son de color marrón oscuro a café oscuro y tienen un sabor picante y un fuerte aroma. La semilla de apio contiene una cantidad de sustancias biológicamente importantes, incluidos los flavonoides ricos en antioxidantes, aceites volátiles, cumarina con efectos anticoagulantes, el ácido linoleico de ácidos grasos omega-6 y el potente compuesto de curación 3nB o 3-n-butilftlilamida.
Utiliza
La semilla de apio está disponible como semillas frescas o secas y como un suplemento en tabletas, cápsulas, aceite y extracto. Hay una escasez de estudios, por lo que se necesita más investigación. Natural Factors informa que la evidencia es prometedora con respecto al uso de semillas de apio en la disminución de la presión arterial. También se está utilizando como un tratamiento alternativo para la gota, fibromialgia, gases dolorosos e hinchazón, artritis reumática y como diurético para combatir la retención de líquidos. El aceite de semilla de apio tiene algunos efectos sedantes y se usa para la ansiedad y el nerviosismo. Puede ser beneficioso para reducir el colesterol y actuar para proteger el hígado del daño.
Efectos secundarios
Aunque la semilla de apio aún no se ha estudiado bien, existen varios efectos secundarios conocidos, como la sensibilidad a la luz solar y la erupción cutánea. Tomar grandes dosis de semillas de apio puede causar depresión, fatiga y latidos cardíacos lentos. Es posible tener una reacción alérgica a la semilla de apio. Si es alérgico al polen de abedul, tenga cuidado al tomar semillas de apio. Los síntomas de alergia incluyen picazón, urticaria, opresión en el pecho, dificultad para respirar e hinchazón de los labios y la garganta. Informe cualquier signo de reacción alérgica a su proveedor médico de inmediato.
Precauciones
Nunca tome semillas de apio de paquetes de jardín comercialmente vendidos; esas semillas son tratadas con productos químicos nocivos. No tome semillas de apio si está embarazada, ya que puede estimular contracciones y hemorragias en el útero. Si tiene enfermedad renal, es posible que no pueda tomar semillas de apio.Si toma medicamentos anticoagulantes, diuréticos, tranquilizantes, sedantes o medicamentos para la tiroides, no tome semillas de apio a menos que su médico se lo indique. La semilla de apio puede interactuar con otros suplementos de hierbas, como la angélica, el castaño de indias, el ajo, la cúrcuma, el jengibre, el sello de oro, el bálsamo de limón, la hierba de San Juan y la valeriana. Asegúrese de analizar todos sus medicamentos y suplementos con su médico antes de tomar semillas de apio.