Si bien es mucho más probable que escuches a Rihanna que a Rachmaninoff por los parlantes en el gimnasio promedio, los aficionados a la música clásica pueden compartir su diversión en una mejora del entrenamiento. Cualquier música que te guste puede hacer que un entrenamiento sea más agradable, pero hay un poco de ciencia para compilar la combinación perfecta de ejercicios clásicos.
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Beneficios
Un compendio de investigación indica que ejercitarse en una banda sonora que disfrute, que puede incluir música clásica, puede ayudarlo a ejercitarse de manera más eficiente. El profesor Costas Karageorghis de la Escuela de Deporte y Educación de la Universidad Brunel de Londres ha estudiado la correlación durante varias décadas, concluyendo que la música te inspira para moverte y te ayuda a distraerte de la fatiga y el dolor que surgen durante el ejercicio. El American Council on Exercise indica que la música mientras se ejercita puede aumentar su resistencia hasta en un 15 por ciento. Un estudio realizado en 2002 por la Universidad Estatal de Ohio indicó que incluso las personas con enfermedades respiratorias severas fueron capaces de empujarse más fuerte durante el ejercicio.
Tipos
Al compilar música clásica para su entrenamiento, el tempo de sus elecciones es la clave. Karageorghis sugiere dividir la banda sonora de tu entrenamiento en tres secciones. Antes de ejercitarse, puede escuchar piezas más lentas que le resulten estimulantes con un ritmo de 100 latidos por minuto o más lento. Las piezas marcadas adagio o andante se ajustan a esta ley. A medida que comienzas a ejercitarte y a aumentar tu ritmo cardíaco, puedes escuchar piezas de tempo más rápido, como aquellas marcadas con allegro o presto. A medida que obtiene su ritmo cardíaco en una zona de entrenamiento, querrá escuchar música que coincida con el ritmo de su pedaleo, paso, trote o cualquiera que sea su actividad, conocido como ejercicio sincronizado. Para esto, necesitas canciones dentro de 120 a 140 bpm que mantengan un ritmo constante.
Selecciones
Cualquier cantidad de favoritos clásicos se ajusta a las sugerencias de Karageorghis para preparar y calentar canciones. Canciones relajantes como "Air on the G String" de Bach, "Largo de Xerxes" de Handel y "Clair de Lune" de Debussy tienen tempos en el rango lento, mientras que selecciones más aceleradas incluyen el famoso movimiento Allegro con Brio en la Quinta Sinfonía de Beethoven o el movimiento allegro de "Invierno" en "Four Seasons" de Vivaldi. Elegir selecciones clásicas con ritmos rápidos y constantes para trabajar sincrónicamente es un desafío mayor, ya que la música clásica tiende a tener ritmos más variables que la música dance o pop. Marchas de Sousa, polcas y otras danzas rápidas o piezas conocidas como el primer movimiento de "Eine Kleine Nachtmusik" de Mozart son todas elecciones apropiadas. Alternativamente, puede explorar la serie "Hooked on Classics", que mezcla motivos clásicos con un ritmo constante y contundente.
Consideraciones
Si bien la música puede ayudarlo a mantener un ritmo constante en un entrenamiento, es tan importante que elija las selecciones clásicas que disfrute. Un estudio de 2009 de M. Prieboy publicado en la Revista de Rehabilitación Cardiopulmonar indicó que cuando las personas escuchaban varias variedades de música mientras iban en bicicleta, percibían el nivel más bajo de esfuerzo cuando escuchaban la música que elegían, independientemente del género. Tenga cuidado de que este efecto también le obligue a esforzarse demasiado, especialmente si está trabajando con enfermedades cardiovasculares u otras afecciones graves. Siempre consulte a un médico antes de comenzar cualquier programa de entrenamiento.