Si usted es como la mayoría de los estadounidenses, consume 22 cucharaditas de azúcares añadidos por día. El jarabe de maíz, ya sea líquido o sólido y con y sin fructosa, es un azúcar agregado que puede contribuir a la obesidad y la enfermedad cardíaca. Disminuya su ingesta de azúcar agregada a 6 cucharaditas si es mujer y 9 cucharaditas si es hombre, informa la American Heart Association.
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Cómo se fabrican los sólidos de jarabe de maíz y JMAF
El jarabe de maíz es 100 por ciento de glucosa, la forma más pequeña de azúcar. Para hacer sólidos de jarabe de maíz, los fabricantes de alimentos deshidratan el jarabe hasta que sea solo un 10 por ciento de agua. Usan el producto seco en cremas de café en polvo, mezclas de bebidas y fórmula para bebés. Comience de nuevo con jarabe de maíz, pero esta vez déjelo en forma líquida y agregue fructosa, otro azúcar natural, y usted tendrá jarabe de maíz con alto contenido de fructosa o JMAF. Los fabricantes de alimentos lo usan para endulzar los alimentos procesados y las bebidas, desde refrescos y galletas hasta ketchup.
Cómo estos endulzantes afectan su salud
Su cuerpo procesa la glucosa de forma un poco diferente que la fructosa, pero los dos azúcares tienen el mismo efecto sobre ciertos marcadores de enfermedad asociada al azúcar, informa un estudio publicado en 2014 en "Current Opinion in Lipidology". Se metaboliza el JMAF al igual que otros edulcorantes de glucosa y fructosa, como el azúcar de mesa, el jugo de fruta y la miel, según un estudio de 2008 en el American Journal of Clinical Nutrition. HCFS no es más responsable de la obesidad que otros azúcares refinados, agrega el autor.