Los mareos durante o después del ejercicio pueden ser el resultado de hipoglucemia, deshidratación o sobreesfuerzo. La respiración anormalmente rápida o la hiperventilación pueden alterar el equilibrio de oxígeno y dióxido de carbono en su cuerpo, lo que también puede causar mareos. Si su mareo está relacionado con la respiración, una técnica de respiración simple puede igualar los gases en su sangre y ayudar a aliviar el hechizo. La clave para la respiración profunda para los mareos es reducir las vías respiratorias, lo que reducirá la velocidad de su respiración.
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Paso 1
Siéntese o acuéstese en una posición cómoda. Al sentarse o acostarse, detendrá los movimientos que pueden contribuir a su mareo, y sentirse cómodo le ayudará a concentrarse en su respiración.
Paso 2
Coloque sus manos sobre su estómago y cara. Coloque una mano sobre su abdomen. Cierra la boca y coloca el pulgar de tu otra mano contra una fosa nasal. Si tiene congestión sinusal, el pulgar que use dependerá de qué orificio nasal esté despejado.
Paso 3
Inhale lentamente por la fosa nasal abierta. Infle sus pulmones tanto como sea posible. Debe sentir que su abdomen se eleva al inhalar.
Paso 4
Espera un segundo, luego cierra ambas fosas nasales y frunce los labios. Actúa como si intentaras silbar.
Paso 5
Exhale lentamente y vacíe sus pulmones tanto como sea posible. Debe sentir que su abdomen cae al exhalar. Repita de cinco a 10 veces.
Paso 6
Relájese y respire normalmente. Espere al menos un minuto, luego siéntese lentamente para evitar marearse nuevamente.
Consejos
- Consulte a su médico si experimenta mareos frecuentes.