La dextrosa es otro nombre para la glucosa, que es un azúcar que es ubicuo en la naturaleza y en el cuerpo humano. Su cuerpo usa glucosa o dextrosa como una fuente importante de energía celular, lo que significa que es un nutriente clave que lo ayuda a mantener la salud. Sin embargo, es posible comer demasiada dextrosa, lo que puede provocar complicaciones en el embarazo.
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Dextrosa
La molécula de dextrosa es un monosacárido, lo que significa que consiste en una sola unidad de azúcar, explican los Dres. Reginald Garrett y Charles Grisham en su libro "Bioquímica". La molécula tiene la fórmula química C6H12O6 y es común en la naturaleza por sí solo y se combina químicamente con otros monosacáridos para formar azúcares más grandes y moléculas de almidón. Mientras que los químicos tienden a llamar al azúcar por su nombre alternativo, la glucosa, con mayor frecuencia lo verás como dextrosa en las etiquetas nutricionales.
Absorción y uso celular
Durante el embarazo, al igual que cuando no está embarazada, cuando consume dextrosa, su tracto digestivo lo absorbe en el torrente sanguíneo sin necesidad de digerirlo primero. Una vez en la sangre, la dextrosa se convierte en una fuente de energía para las células, que la extraen del torrente sanguíneo cuando lo requieren. Sus células queman químicamente dextrosa en presencia de oxígeno, un proceso que genera ATP o trifosfato de adenosina. El ATP es un tipo de "moneda química" que las células utilizan para alimentar varios procesos.
Almacenamiento
Si consume más dextrosa de la que necesitan sus células en un momento determinado, puede convertirla en una de dos formas de almacenamiento. El glucógeno es un hidrato de carbono que el hígado y los músculos producen a partir de la dextrosa, explica la Dra. Lauralee Sherwood en su libro "Fisiología humana". Alternativamente, puede convertir el exceso de dextrosa en triglicéridos, que son moléculas de grasa. Luego los almacena en tejido adiposo y se convierten en una fuente de energía para períodos posteriores de ayuno.
Consideraciones
La dextrosa es perfectamente segura de consumir durante el embarazo, siempre que no la consuma en exceso. Si comes dextrosa en exceso cuando estás embarazada, puedes ganar grasa corporal, tal como lo harías si no estuvieras embarazada. Drs. Michael Roizen y Mehmet Oz señalan en su libro "You: Having A Baby" que es mejor ganar alrededor de 25 a 35 lbs. durante el embarazo; el consumo excesivo de dextrosa puede excederle en la cantidad recomendada y lo predispone a la diabetes gestacional y otras complicaciones.