El cerebro pone una enorme cantidad de recursos en la capacidad de hablar y entender el habla. Estos recursos tienen que lidiar con la administración de información sobre miles de palabras y la construcción de la sintaxis combinada con las estructuras que permiten a los niños reconocer los sonidos y mover la boca para hablar. Sin embargo, a veces hay problemas que ocurren en estas áreas del cerebro, y esto puede causar dificultades en la capacidad de aprender a leer.
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Sistema de lenguaje
El sistema de lenguaje del cerebro es un complejo conjunto de estructuras que facilita varias habilidades, incluyendo el poder de hablar, leer, escribir y adquirir nuevas información. Está gobernado por una red de neuronas, que son células cerebrales especializadas que producen pensamientos y sentimientos. Esta red se produce en los dos hemisferios cerebrales del cerebro, que comprende principalmente la corteza y la sustancia blanca. La materia blanca contiene miles de millones de fibras que proporcionan conexiones entre las diferentes áreas de la corteza. Estas relaciones son integrales al lenguaje, pero la forma en que ocurren es aún relativamente desconocida.
Hemisferios cerebrales
Las dos mitades del cerebro no son precisamente homólogas entre sí. El término "lateralización del cerebro" se usa para referirse a este fenómeno. Cada hemisferio tiene especializaciones funcionales cuyos mecanismos neuronales se encuentran en una mitad específica del cerebro. La habilidad del habla y el lenguaje son particularmente especializados. En el siglo XIX, tanto Paul Broca, un neurocirujano francés, como el neurólogo alemán Carl Wernicke identificaron áreas en el hemisferio izquierdo del cerebro que rigen el lenguaje.
Conceptos erróneos
Es un aforismo científico común que las personas zurdas usan el lado derecho de sus cerebros para procesar el lenguaje. Sin embargo, alrededor del 70 por ciento de los zurdos todavía usan el lado izquierdo de su cerebro en comparación con casi el 95 por ciento de los diestros. Esto puede deberse a que el hemisferio izquierdo funciona más rápido, y el tiempo es absolutamente esencial para la formación adecuada de las palabras y los sonidos y la comprensión de las reglas gramaticales. El 30 por ciento restante de las personas zurdas tiene procesos del hemisferio derecho o del lenguaje simétrico.
Trastornos
Según el profesor de Psicología y Educación Médica Chris McManus, autor del libro "Mano derecha, mano izquierda" del University College London, los genes que determinan la destreza también rigen el desarrollo de los centros de lenguaje del cerebro. Este vínculo ha llevado a algunos científicos a teorizar que podría haber un vínculo entre la destreza y los trastornos relacionados con el lenguaje.
Un estudio de 2010 publicado por la revista "Human Molecular Genetics" por investigadores de la Universidad de Oxford encontró una relación entre una variante de un gen llamado PCSK6 y la habilidad relativa de la mano en niños con dificultades de lectura.Los que llevaban las variantes eran mucho más hábiles con una mano en comparación con la otra que aquellos que no tenían la variante; en otras palabras, favorecieron enormemente una mano. Se sabe que la proteína producida por PCSK6 interactúa con otra proteína llamada NODAL, que desempeña un papel clave en el establecimiento de la asimetría izquierda-derecha al principio del desarrollo embrionario.
Significado
La determinación en sí misma no determina la eficacia del desarrollo de la capacidad del lenguaje. En muchos aspectos, los diestros y zurdos pueden ser bastante similares. Sin embargo, las estadísticas muestran que los zurdos tienen más probabilidades de desarrollar discapacidades de aprendizaje como la dislexia en su juventud, además de muchos otros trastornos. Los zurdos, especialmente aquellos que demuestran una fuerte propensión para la mano izquierda, tienen más probabilidad de tener una anatomía cerebral anómala o única que difiere del dominio habitual del lenguaje del hemisferio izquierdo, por lo que tienden a tener un mayor riesgo de alteraciones de las funciones normales.