Un maíz es una mancha en el pie hecha de piel que se ha engrosado como respuesta a la presión. Aunque la acumulación de la piel es la forma en que el cuerpo se protege a sí mismo, cuando se prolonga demasiado, el maíz resultante puede ser doloroso. Cuando el problema es lo suficientemente grave como para merecer atención médica, un podólogo es el profesional adecuado para ver cómo se extrae el maíz. Los callos son, de hecho, uno de los problemas más comunes que tratan estos especialistas.
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Funciones
Los callos toman forma de cono o cuerno, dirigidos hacia abajo en la piel. Tienden a aparecer entre los dedos, en cuyo caso son suaves debido a la humedad presente en esa área, o en la superficie externa del dedo pequeño, en cuyo caso son duros. Causan incomodidad que va de leve a grave, incluso hasta el punto de que caminar es difícil. Pueden infectarse, adquiriendo una apariencia roja e inflamada y causando incluso más dolor. Un podiatra está mejor equipado para diagnosticar si su problema es realmente un maíz.
Causas
Los callos se desarrollan debido a la presión. La presión puede surgir de zapatos que no se ajustan bien, desde deformidades en los pies, como dedos en martillo o anormalidades de la marcha, que ejercen presión sobre ciertas áreas del pie. Si es necesario, un podólogo puede referirlo a un ortopedista, un profesional que trabaja con férulas y aparatos ortopédicos, que puede adaptar un zapato para disminuir la presión.
Prevención / Solución
La mejor manera de evitar callos: Use zapatos que se ajusten correctamente. En particular, no deberían ser demasiado apretados. Una vez que se han desarrollado los callos, un podólogo puede cortarlos. Pero volverán a menos que se aborde la fuente de la presión. El uso de almohadillas y soportes especiales dentro de los zapatos, la eliminación quirúrgica de las prominencias óseas y el ejercicio de una higiene adecuada del pie pueden ayudar a prevenir más problemas.
Advertencia
Varias pinturas y yesos están disponibles como remedios caseros para callos. Se comen el maíz. El problema es que también pueden comer piel normal. Esto puede causar úlceras e infecciones. Las personas con mala circulación o con diabetes pueden terminar en una amputación. Cortarse los callos usted mismo también puede ser peligroso, porque este método también conlleva un alto riesgo de infección. Además, la extracción en el hogar sin la atención de seguimiento adecuada con un podiatra arroja una alta probabilidad de que los callos vuelvan, porque el problema subyacente no se aborda.
Consideraciones
Asegúrese de elegir un podólogo acreditado y con licencia cuando busque cuidados para callos. Después de completar una licenciatura, los podólogos deben terminar cuatro años de la universidad de podología. La tendencia es a practicar solo, aunque la práctica grupal no es infrecuente. Para encontrar un buen podiatra, vaya con una referencia de un amigo o familiar, o consulte con la Asociación Americana de Podología Médica.