El miedo al aumento de peso puede ser una de las consecuencias más temidas de dejar de fumar, especialmente entre las jóvenes conscientes de la figura. Es cierto que dejar el hábito puede hacer que pases por fluctuaciones de peso, pero el aumento de peso no es seguro. De hecho, los cambios en el estilo de vida que van de la mano con el abandono del hábito de fumar pueden ser más propensos a desencadenar la pérdida de peso.
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Capacidad de ejercicio
La idea de que dejar de fumar podría ayudarle a perder peso puede parecer contradictorio, hasta que se da cuenta de que los cigarrillos han limitado su capacidad para hacer ejercicio de manera efectiva. Uno de los mejores ejemplos del impacto del tabaquismo en el ejercicio proviene del Naval Health Research Center en San Diego, donde los investigadores examinaron si fumar podría afectar la cantidad de ejercicio, el rendimiento físico, la resistencia y el estado físico entre el personal de la Marina. Este estudio frecuentemente citado reveló que los hombres que fumaban no solo ejercitaban menos, sino que mostraban un umbral reducido para la resistencia cardiovascular, respiratoria y muscular.
Grasa del vientre
Las noticias más interesantes sobre la pérdida de peso y el tabaquismo pueden ser que dejar de fumar puede ayudar a reducir la molesta grasa abdominal. Si bien esta grasa es antiestética, también es peligrosa porque rodea el hígado, los intestinos y otros órganos abdominales, bañándolos en hormonas, ácidos grasos y otros productos químicos biológicamente activos. Aunque es tentador culpar al murciélago del vientre, también llamado grasa visceral o intraabdominal, en su dieta o genética, los médicos de la Facultad de Medicina de Harvard aconsejan que fumar le hace más propenso a almacenar grasa en su abdomen. Esto significa que incluso si no pierde una libra después de dejar de fumar, sus reservas de grasa abdominal pueden reducirse a medida que su cuerpo comienza a almacenar grasa en lugares menos sensibles justo debajo de la piel. De hecho, el tipo de grasa almacenada debajo de la piel ayuda a suprimir el hambre al liberar hormonas que suprimen el apetito. Es un ganar-ganar si estás tratando de perder peso.
Actividad sedentaria
Uno de los aspectos más olvidados de cómo fumar influye en el peso es que fumar es una actividad sedentaria. Si trabaja en un escritorio y solo se retira para tomar un descanso para fumar, no queda tiempo para realizar ninguna actividad física durante su día de trabajo. Convertir ese tiempo de fumar en una oportunidad para una caminata rápida no solo recargará tu mente, sino que también quemarás calorías para compensar los cambios metabólicos que experimenta tu cuerpo una vez que dejas de fumar.
Superación de conceptos erróneos
Una vez que tome la decisión de mejorar su salud, deje de fumar y posiblemente recorte su cintura, no se desanime si sus amigos le dicen que la pérdida de peso será imposible. Aunque algunas personas aumentan de peso cuando dejan de fumar, la ciencia habla por sí misma, y ha demostrado que fumar no aumenta los músculos en animales de laboratorio ni proporciona un impulso beneficioso a largo plazo a su tasa metabólica.Concéntrese en los aspectos positivos que le ayudarán a arrojar libras, como el tiempo extra que encontrará para el ejercicio y el impulso extra de resistencia que sentirá una vez que abandone el hábito.