Una pelota de baloncesto que no rebota es algo terrible. El cuidado deficiente, las técnicas de inflación inadecuadas y otros factores pueden contribuir a los rebotes deficientes de baloncesto. Pero una cosa que quizás no sepas es cómo la temperatura afecta la forma en que rebota la pelota. La respuesta implica un poco de ciencia, pero las recompensas prácticas mantendrán su baloncesto en juego, día tras día.
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Ley del gas ideal
La ley de los gases ideales establece que, para un sistema aislado, existe una relación específica entre la presión, el volumen y la temperatura. Para sistemas cerrados, esta relación puede entenderse como la presión inicial dividida por el volumen inicial igual a la presión final dividida por el volumen final. Para considerarlo con las pelotas de baloncesto, significa que con el mismo volumen de aire, una pelota de baloncesto expuesta a temperaturas más altas tendrá una mayor presión. Por el contrario, una pelota de baloncesto expuesta a temperaturas más bajas presentará una pérdida de presión.
Aplicación práctica
Es importante comprender cómo la ley de los gases ideales afecta la jugabilidad de su básquetbol. La NBA establece que una pelota de baloncesto debe inflarse entre 7. 5 y 8. 5 lb. de presión. Usando la ley de los gases ideales y asumiendo que una pelota se llena a temperatura ambiente, podemos estimar que por cada 10 grados de cambio de temperatura, una pelota aumentará su presión en una libra. Por ejemplo: una pelota inflada a 8. 5 libras de presión a 75 grados F caerá a 7. 37 libras de presión si la temperatura desciende a 65 grados F.
Consideraciones
La presión está directamente relacionada con la altura a la que rebota una bola. Una presión más alta equivale a rebotes más altos, la presión más baja equivale a rebotes más bajos. Si juegas en interiores, es poco probable que la temperatura cambie lo suficiente como para afectar el rebote de la pelota. Para los jugadores al aire libre, la diferencia entre la temperatura del día y la noche puede afectar el rebote de la pelota de manera más significativa. Ya sea que juegues al aire libre o en interiores, verifica la presión de tu pelota cada vez que juegas.
Almacenamiento
Mientras la presión cae y la temperatura cambia durante el juego o es posible, la forma en que la temperatura afecta la bola cuando no juegas es algo que debes preocuparte. Nunca guarde la pelota en la cajuela de un automóvil, donde los días calurosos pueden aumentar la presión de la pelota, posiblemente dañando las juntas. Si inflas una bola más para compensar las bajas temperaturas, recuerda dejar salir algo de aire antes de llevar la pelota adentro o exponerla a temperaturas cálidas.