Ya sea que nade de forma pausada o competitiva, los efectos sobre el cuerpo son saludables y beneficiosos. La natación no solo mejora su sistema cardiovascular, sino que también reduce el riesgo de sufrir enfermedades debilitantes, como enfermedades cardíacas, a medida que envejece. Además, es una forma divertida de hacer ejercicio.
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Bajo impacto
Los ejercicios cardiovasculares, como correr, son una forma efectiva de quemar calorías y mantenerse en forma. Un inconveniente es que correr sobre superficies duras puede ser perjudicial para los tobillos, las articulaciones y los huesos. La natación, otra forma de ejercicio de cardio que quema calorías, es suave para su cuerpo. Incluso si remas o pateas tan fuerte como puedas, la flotabilidad del agua evita golpes fuertes en los tobillos, las articulaciones y los huesos. Incluso cuando está lesionado, la natación es una forma recomendada de rehabilitación que presenta poco riesgo de sufrir más lesiones.
Física
La natación es un ejercicio de cuerpo completo que, por cada libra de peso corporal, quema 3 calorías por milla. Los golpes de natación, como la braza y el estilo libre, utilizan todos los principales grupos musculares en su cuerpo. La natación también mantiene flexible el cuello, los hombros, la cadera, los brazos y las piernas. Además, la natación mejora tu coordinación, flexibilidad y resistencia.
Mental
Si estás de mal humor, salta a la piscina. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades dicen que la natación mejora su estado de ánimo. También ayuda a disminuir la ansiedad y la depresión en mujeres que padecen fibromialgia y mejora la salud mental de las mujeres embarazadas.
La natación
de salud mejora su salud cardiovascular, lo que reduce el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular. Los estudios demuestran que la natación también puede ayudarlo a vivir más tiempo. Liderado por el Dr. Steven Blair, un estudio de la Universidad de Carolina del Sur siguió a más de 40,000 hombres durante 32 años. El estudio concluyó que, en comparación con los caminantes y las personas sedentarias, los nadadores experimentaron la menor tasa de mortalidad. La natación también reduce la presión arterial y los niveles de colesterol, mejora la función pulmonar y reduce el riesgo de padecer enfermedades óseas o articulares, como la artritis, más adelante en la vida. Para aquellos que ya sufren de artritis, los ejercicios basados en agua y la natación ayudan a mejorar el uso de las articulaciones afectadas sin dolor o incomodidad adicionales.