Se estima que el 33 por ciento de los niños estadounidenses se consideran obesos, de acuerdo con Kids Health. La obesidad es un peligro para la salud de su hijo, haciéndola más propensa a condiciones como la diabetes tipo 2, la presión arterial alta y la depresión. Aunque los hábitos de estilo de vida, tales como comer en exceso y la inactividad contribuyen a la obesidad infantil, la genética también puede jugar un papel importante.
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Obesidad de los padres
Tener un padre o madre que sea obeso es uno de los indicadores más fuertes de que un niño se volverá obeso, según la Extensión de la Universidad del Estado de Colorado. La obesidad se mide más comúnmente al determinar el índice de masa corporal. Para calcular su índice de masa corporal, divida su peso por su altura en pulgadas al cuadrado. Tome este resultado y multiplíquelo por 703. Si su índice de masa corporal es más de 30, se lo considera obeso, según el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre. Para minimizar el riesgo de obesidad de su hijo, discuta consejos de salud y recomendaciones con su médico sobre cómo ayudar a su hijo a mantener un peso saludable. Tu ejemplo es importante para tu hijo. Tomar decisiones de estilo de vida saludable usted mismo puede ayudar a su hijo a aprender buenos hábitos a temprana edad que pueda llevar consigo hasta la edad adulta.
Trastornos endocrinos
Aunque es representativo de una pequeña población de casos de obesidad infantil, los trastornos del sistema endocrino están asociados con la obesidad. Un ejemplo es el síndrome de Prader-Willi, que se produce a partir de un defecto del cromosoma 15. Los niños que experimentan esta condición experimentan un aumento de peso excesivo a partir de los 12 a 18 meses, según los Manuales de Merck. Los niños con la afección generalmente tienen mucha hambre y tienen dificultades para sentirse saciados después de una comida. Si su hijo experimenta un aumento de peso inexplicable, un trastorno endocrino podría ser el culpable.
Research
Un estudio publicado en la edición del 12 de noviembre de 2010 del American Journal of Human Genetics, dirigido por Joseph T. Glessner del Center for Applied Genomics del Children's Hospital of Philadelphia, estudió la composición genómica de miles de niños obesos y delgados para determinar si se podían encontrar patrones. Los investigadores encontraron que aquellos con variaciones en el número de copias, en las cuales las secuencias de genes están duplicadas, tienen un mayor riesgo de obesidad. Se encontró que los descendientes de europeos y afroamericanos tenían la mayoría de las variaciones en el número de copias.
No es solo genética
Aunque los factores genéticos pueden contribuir a la obesidad infantil, estos factores rara vez son los únicos que contribuyen. Los científicos señalan que las características genéticas no han cambiado desde 1980, sin embargo, las tasas de obesidad infantil se han triplicado, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades.Aunque su hijo puede estar genéticamente predispuesto a la obesidad, un compromiso con un estilo de vida saludable a través de la actividad física y la dieta puede ayudar a minimizar los factores genéticos.