Un tercio de los adultos, adolescentes y niños estadounidenses son obesos, según un estudio publicado en la edición de febrero de 2014 de "JAMA". Los posibles efectos de salud de la obesidad son numerosos. La obesidad puede afectar la capacidad del cuerpo para funcionar normalmente, lo que lleva a una variedad de trastornos médicos a corto y largo plazo. El índice de masa corporal, o IMC, es la medida de la grasa corporal más utilizada para determinar si una persona es obesa. Un IMC de 30. 0 o más típicamente indica obesidad.
Efectos sobre la salud
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, las personas obesas corren un mayor riesgo de padecer una variedad de afecciones médicas, como enfermedades cardíacas, presión arterial alta, diabetes tipo 2, cálculos biliares y cáncer de mama y colorrectal. El riesgo de diabetes, ataque cardíaco y muerte por enfermedad cardíaca aumenta a medida que aumenta el IMC. La obesidad también puede contribuir al desarrollo y las complicaciones asociadas con otras afecciones médicas a largo plazo, como el asma, la enfermedad por reflujo gastroesofágico o ERGE y la osteoartritis. Las personas obesas también tienen un mayor riesgo de depresión y trastornos de ansiedad. En comparación con los niños de peso normal, los niños obesos son más propensos a convertirse en adultos obesos, a menudo desarrollando afecciones médicas relacionadas con la obesidad al final de la adolescencia o al principio de la edad adulta.
Efectos del embarazo
La obesidad aumenta el riesgo de complicaciones durante el embarazo, lo que puede afectar tanto a la madre como al bebé. De acuerdo con el Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, las mujeres obesas tienen más probabilidades de desarrollar condiciones tales como diabetes gestacional y presión arterial alta, y es más probable que requieran una cesárea. Los fetos de madres obesas tienen un mayor riesgo de muerte fetal, nacimiento prematuro y defectos del sistema nervioso y del corazón. La reducción de peso antes del embarazo ayuda a reducir el riesgo asociado con la obesidad materna.
Efectos en la calidad de vida
Un estudio publicado en la edición de junio de 2005 de la revista Journal of Public Health encontró que las personas obesas obtuvieron una calificación inferior en calidad de vida relacionada con la salud que las de peso normal. Los participantes obesos obtuvieron calificaciones más bajas en cuanto a bienestar físico y mental, independientemente de si tenían un problema de salud relacionado con la obesidad. Las consecuencias de la obesidad, como la artritis y la movilidad reducida, pueden evitar que las personas obesas participen en actividades físicas y sociales placenteras. Una capacidad reducida de realizar actividades de la vida diaria, como bañarse, caminar y arreglarse, también puede llevar a una disminución de la calidad de vida.
Reducción de la obesidad
La pérdida de peso con una reducción en la grasa corporal disminuye el riesgo de desarrollar condiciones de salud relacionadas con la obesidad. Los Institutos Nacionales de Salud recomiendan que las personas obesas luchen por una meta inicial de una reducción del 10 por ciento en el peso inicial durante un período de 6 meses, a razón de 1 a 2 libras por semana.Se desaconseja la pérdida rápida de peso, ya que a menudo resulta en la recuperación de peso y puede causar complicaciones como cálculos biliares. Los NIH observan que la terapia efectiva para perder peso implica una ingesta reducida de calorías, un aumento de la actividad física y una terapia conductual. Limitar las calorías de la dieta y aumentar la actividad física resulta en quemar el exceso de grasa corporal para obtener energía. La terapia de comportamiento es importante para cambiar los hábitos alimenticios no saludables.
Hable con su proveedor de atención médica antes de comenzar un programa de reducción de peso, ya que puede haber consideraciones especiales, en función de su estado de salud actual.