Si has decidido deshacerte de tu pudín del estómago inferior, dale una palmadita en la espalda. Ese perro no solo está afectando su apariencia, sino que también tiene un impacto en su salud, ya que la grasa abdominal, particularmente la grasa visceral que rodea sus órganos, está asociada con problemas de salud, como diabetes tipo 2 y enfermedad cardíaca. Antes de hacer cientos de abdominales, comprenda que la reducción de puntos es demasiado buena para ser cierta, y que para perder ese pudgy estomacal, debe perder grasa de todo el cuerpo.
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Paso 1
Incorpore cambios en la dieta que resulten en un déficit calórico que provoque la pérdida de peso. Por ejemplo, coma porciones más pequeñas, saltee los postres y refrigerios de engorde, o reemplace los alimentos altos en calorías con alimentos bajos en calorías. Evite los alimentos con alto contenido de sal, azúcar, colesterol y grasas saturadas y trans. Enfatice la proteína magra, verduras, productos lácteos bajos en grasa, granos integrales y fruta. Trate de perder de una a dos libras por semana al crear un déficit diario de 500 a 1, 000 calorías.
Paso 2
Realice 30 a 60 minutos de ejercicio aeróbico la mayoría de los días de la semana para contribuir a su déficit calórico. Vaya a trotar, nade, ande en bicicleta o use equipos de ejercicios cardiovasculares, como escaladoras o máquinas elípticas. Haga ejercicio a una intensidad que aún le permita hablar, pero no cantar.
Paso 3
Incorpore ejercicios de resistencia en al menos dos días a la semana para mantener el tejido muscular y aumentar su metabolismo. Ejercite sus brazos, caderas, espalda, abdominales, pecho, hombros y piernas. Haga de ocho a 12 repeticiones de cada ejercicio y continúe hasta completar dos o tres series.
Paso 4
Incluye ejercicios abdominales en tu rutina de entrenamiento de fuerza. Estos ejercicios fortalecen los músculos de su estómago, de modo que cuando se reduce la parte inferior de su abdomen, se ve una barriga tonificada. Apunte a la parte inferior de su recto abdominal con el ejercicio de tabla, crujidos inversos y levantamientos de rodilla o pierna colgando.
Paso 5
Minimiza el estrés en tu vida, porque el estrés está asociado con la liberación de cortisol en tu cuerpo. Esta hormona aumenta su apetito, y cuando cede y come alimentos grasos y no saludables, la grasa que obtiene se almacena principalmente en su centro; está cerca de su hígado, donde puede usarse en caso de que tenga otro ataque de estrés. Su cuerpo está tratando de ayudarlo y protegerlo al almacenar la grasa que cree que podría necesitar en el futuro. Los antojos que obtienes de los altos niveles de estrés solo sirven para alimentar estas reservas de grasa. Medita, duerme lo suficiente cada noche, delega tareas, toma una clase de yoga o practica la respiración profunda.
Advertencias
- Consulte a un médico antes de comenzar una nueva rutina de ejercicios o dieta, especialmente si tiene una lesión o una afección médica.