Correr implica una serie de movimientos en los tobillos, rodillas, caderas y hombros en cada paso. La rodilla, por ejemplo, implica la extensión de la rodilla activada por el músculo cuádriceps y la flexión de la rodilla activada por los isquiotibiales. Con cada paso dividido en tres fases de apoyo, conducción y recuperación, el movimiento de la articulación en la rodilla le permite maximizar su potencial de carrera.
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Soporte
La fase de soporte de la técnica de sprint se caracteriza por el pie que golpea el suelo. Los cuádriceps mantienen la articulación de la rodilla casi completamente extendida con una contracción excéntrica cuando el pie está en contacto con el suelo. A medida que la fase de soporte finaliza, la articulación de la rodilla comienza a flexionarse para absorber el impacto.
Fase de conducción
La fase de apoyo pasa a la fase de conducción a medida que la pierna se extiende detrás de su centro de gravedad para impulsar su cuerpo hacia adelante. El cuádriceps, incluyendo el recto femoral, el vasto medial, el vasto lateral y el vasto intermedial, extienden la articulación de la rodilla hasta que el pie abandona el suelo. Al extender la articulación de la rodilla, el cuádriceps proporciona energía adicional durante cada paso.
Recuperación
La fase de recuperación del movimiento de sprint implica la flexión de la rodilla para mover la pierna hacia adelante para otro paso. Los isquiotibiales, incluidos el bíceps femoral, el semimembranoso y el semitendinoso, trabajan juntos para flexionar la rodilla, mientras que los flexores de la cadera llevan la pierna hacia adelante. A medida que la fase de recuperación finaliza, lo que lleva a la fase de soporte, los cuádriceps comienzan a extender la rodilla para prepararse para el contacto con el suelo.
Diferencias
Si bien la función básica y el movimiento de la articulación de la rodilla siguen siendo los mismos para cada fase del sprint, existen ligeras diferencias personales con cada estilo de carrera. Si bien la mayoría de los movimientos tienen lugar en un plano sagital, los estilos de carrera personales afectan la sincronización de los movimientos de la articulación de la rodilla junto con el rango de movimiento. Por ejemplo, alguien con isquiotibiales débiles puede no tener una flexión significativa de la rodilla durante la fase de recuperación.