Si eres un ávido corredor, es posible que estés familiarizado con molestias y dolores molestos. Sin embargo, el dolor en el ligamento colateral medial, la banda gruesa que sostiene el interior de la rodilla y une el fémur y la tibia, puede ser indicativo de una lesión grave. Debido a que el dolor en el ligamento colateral medial, o MCL, puede estar relacionado con otros tejidos lesionados, consulte a su médico ante el primer signo de lesión.
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Lesiones menores
El trabajo principal del MCL es mantener la articulación de la rodilla estable cuando se aplican fuerzas en el lado externo de la rodilla. Cuando el impacto o la fuerza es demasiado, el MCL puede sobreestirarse. También se pueden producir desgarros en las fibras ligamentosas, lo que puede causar dolor al correr. En el caso de un esguince de grado 1, el área sobre el ligamento puede estar sensible, pero generalmente no está acompañada de hinchazón. Trate el área con el método RICE (reposo, hielo, compresión y elevación) hasta que desaparezcan los síntomas.
Esguinces de grado 2
Si experimenta dolor considerable al correr acompañado de inflamación alrededor de la parte interna de la rodilla, es posible que tenga un esguince de grado 2 del MCL. Después de aplicar el tratamiento con RICE, consulte con su médico para una evaluación profesional de la lesión. Es posible que necesite terapia física adicional y un período de inactividad más prolongado debido a la actividad.
Grado 3 lágrimas
La lesión más grave del ligamento colateral medial se clasifica como una rotura de grado 3 e implica una ruptura total del ligamento. En algunos casos, el dolor puede no ser tan agudo como una lesión menos grave, sin embargo, la inestabilidad resultante de la articulación de la rodilla hará que sea difícil caminar o pararse sin que la rodilla se tambalee. Este tipo de lesión requiere atención inmediata y probablemente requerirá cirugía. La rehabilitación de la cirugía MCL puede demorar hasta seis meses para una recuperación completa.
Prevención
Los músculos débiles son la principal causa de lesiones en la rodilla, por lo tanto, lo mejor que puede hacer por sus rodillas es fortalecer los músculos circundantes. Apunte a sus cuádriceps y isquiotibiales cuando entrena la fuerza. Agregue ejercicios de estabilidad y equilibrio, como pararse sobre una tabla bosu o pararse sobre un pie sin soporte. La flexibilidad también es clave para la prevención de lesiones. Asegúrate de que tus entrenamientos poscorrientes incluyan ejercicios de flexibilidad que estiren adecuadamente los músculos por encima y por debajo de las articulaciones de la rodilla.