Los potentes medicamentos que se introducen en el cuerpo durante la quimioterapia se seleccionan y se miden para atacar tipos específicos de células cancerosas, mientras se conservan, en la medida de lo posible, otras células y sistemas en el cuerpo. Sin embargo, este es un acto de equilibrio delicado y con efectos secundarios variables. Incluso las personas que reciben las mismas drogas para el mismo tipo de cáncer reaccionarán de manera diferente a las drogas, con síntomas que pueden incluir dolor, rigidez, entumecimiento y calambres en las piernas y los pies.
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Causas
La quimioterapia puede dañar las fibras nerviosas que transmiten información sensorial a su sistema nervioso central, una afección llamada neuropatía periférica. Aunque a veces los síntomas aparecen de repente, Chemocare. com dice que generalmente se acumulan, pueden empeorar con cada tratamiento, luego se alivian gradualmente. El tiempo que dure el problema es impredecible, pero en la mayoría de los casos, finalmente desaparece, aunque puede pasar hasta un año antes de que los síntomas desaparezcan por completo. Algunas veces, la condición es irreversible. Las personas con mayor riesgo de neuropatía periférica relacionada con la quimioterapia son aquellas con condiciones preexistentes como la diabetes, la enfermedad renal, el alcoholismo y las deficiencias nutricionales.
Según la Sociedad Estadounidense del Cáncer, permanecer demasiado tiempo en la cama, la deshidratación, el bajo nivel de azúcar en la sangre y los desequilibrios minerales también pueden provocar problemas en las piernas.
Signos y síntomas
El Instituto Nacional del Cáncer informa que la mayoría de las personas notan un hormigueo en los dedos de los pies que comienza a extenderse hacia arriba y pueden convertirse en sensaciones de ardor o descargas eléctricas, debilidad, entumecimiento o repentinos dolores agudos y punzantes. Los calambres en las piernas son comunes, especialmente entre las mujeres que reciben quimioterapia para el cáncer de mama. Los pacientes también pueden notar sensibilidad reducida o elevada al calor o al frío, pérdida de equilibrio o torpeza al caminar y pérdida de sensibilidad en las piernas y los pies.
Cómo manejar el problema
Lo más importante que debe hacer si experimenta efectos secundarios de la quimioterapia que no esperaba, o es más grave de lo que esperaba, es informarlos a su atención médica proveedor. El Instituto Nacional del Cáncer recomienda ayudar a su médico mediante registros cuidadosos, señalando cuándo comienza o se detiene el dolor o la incomodidad, cuánto dura y si algo que hace mejora o empeora. Evalúe su dolor y asigne palabras descriptivas como agudas, sordas, palpitantes, ardientes o estables.
Cuando se da cuenta de que tiene una nueva limitación, tome medidas conscientes para protegerse de una lesión. Mantenga los pies y las piernas calientes, use zapatillas de deporte o zapatos con suela de goma, camine lentamente, agárrese de los pasamanos y coloque alfombras antideslizantes en la bañera o en la ducha.Retire todo lo que pueda resbalar o tropezar, como tapetes y cables eléctricos. Si te sirve, usa un bastón.
Posibles remedios
Los médicos a menudo pueden hacer ajustes y sustituciones a los medicamentos de quimioterapia para combatir los efectos secundarios debilitantes. Los analgésicos, los antidepresivos que alivian los nervios lesionados, los masajes, las lociones medicinales y la aplicación de calor o frío a las áreas afectadas también pueden aliviarlo. La acupuntura, la meditación y la hipnosis pueden ser opciones complementarias para controlar el dolor, junto con fortalecer los músculos afectados con yoga u otros tipos de ejercicios aprobados por su proveedor de atención médica.