El metabolismo es el proceso mediante el cual tu cuerpo convierte los alimentos que comes en la energía que necesitas para realizar todas las funciones corporales. El metabolismo está controlado por una variedad de diferentes hormonas, glándulas y enzimas. Un trastorno metabólico es una condición caracterizada por una anormalidad en cualquiera de las estructuras que controlan el metabolismo. Algunos trastornos metabólicos pueden ralentizar el proceso del metabolismo y prevenir la pérdida de peso.
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Hipotiroidismo
Uno de los trastornos metabólicos más comunes es el hipotiroidismo o una glándula tiroidea poco activa. La tiroides es una pequeña glándula ubicada en la parte frontal del cuello que produce y libera diferentes hormonas que controlan directamente el metabolismo. Si tiene hipotiroidismo, su glándula tiroides no funciona correctamente. Como resultado, se producen cantidades inadecuadas de hormonas tiroideas, ralentizando el metabolismo. Cuando el metabolismo se ralentiza, la pérdida de peso se vuelve difícil. Aquellos con hipotiroidismo generalmente ganan peso. Otros síntomas del hipotiroidismo incluyen depresión, fatiga, dolor en las articulaciones, dolor muscular, debilidad, disminución del gusto y cabello quebradizo y uñas de las manos, según Medline Plus.
Síndrome de Cushing
El cortisol es una hormona importante producida por las glándulas suprarrenales. El cortisol ayuda a metabolizar la grasa, las proteínas y los carbohidratos en energía. El síndrome de Cushing es un trastorno metabólico caracterizado por la producción excesiva de cortisol o la regulación anormal del cortisol. Cuando hay demasiado cortisol en su cuerpo, puede conducir a un aumento de peso excesivo, especialmente en la sección media, la cara, la parte superior de la espalda y entre los hombros, de acuerdo con MayoClinic. com. Además del aumento de peso, el síndrome de Cushing también puede causar estrías, hematomas fáciles, retraso en la cicatrización de heridas, fatiga, debilidad muscular, dolor de cabeza, pérdida ósea y acné.
Resistencia a la insulina
Cuando comes carbohidratos, tu cuerpo los descompone en glucosa simple de azúcar. La glucosa viaja desde su sistema digestivo al torrente sanguíneo, donde estimula la liberación de insulina desde el páncreas. Normalmente, la insulina se une a la glucosa y ayuda a sus células y tejidos a usar la glucosa para obtener energía. Una vez que la glucosa se elimina de su torrente sanguíneo, el páncreas deja de liberar insulina. Si sufres de resistencia a la insulina, tienes células que no responden bien a la acción de la hormona. Como resultado, estas células no reciben glucosa adecuadamente y los niveles de glucosa en el torrente sanguíneo se mantienen altos. Los niveles constantes de glucosa alta desencadenan la liberación continua de insulina desde el páncreas. Esto causa altos niveles de insulina y glucosa en el torrente sanguíneo y células que carecen de energía. Esta combinación conduce a un aumento en el apetito, lo que puede dificultar la pérdida de peso.Si no se controla adecuadamente, la resistencia a la insulina puede convertirse en diabetes tipo 2.