Un niño pequeño con una sensibilidad a la leche no puede tolerar las proteínas en la leche, por lo que su dieta debe estar libre de estos compuestos. Sin embargo, limitar los lácteos no es fácil, y los niños pequeños que necesitan evitar los productos lácteos podrían estar en riesgo de deficiencias de nutrientes si no consumen alimentos de reemplazo. Comprender los alimentos que su niño debe comer más y los que debe evitar puede ayudarlo a planear una dieta con sensibilidad a la leche que lo mantenga saludable y feliz.
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Sensibilidad a la leche
La sensibilidad a la leche se desarrolla cuando el sistema inmune de su niño reacciona a las proteínas presentes en la leche de vaca. Esta reacción puede ser a cualquiera de las dos principales proteínas de leche de vaca, caseína o suero de leche. A diferencia de la intolerancia a la lactosa, que implica una pérdida gradual de la enzima necesaria para digerir el azúcar de la leche, una sensibilidad a la leche puede causar una reacción alérgica extrema en algunos niños. En la mayoría de los casos, sin embargo, la sensibilidad a la leche aparece como malestar estomacal, diarrea, vómitos, salpullido rojo alrededor de la boca o el ano, secreción nasal o irritación ocular.
Necesidades de nutrientes
Una de las mayores preocupaciones en una dieta con sensibilidad a la leche es obtener suficiente calcio en el niño pequeño. La leche y los productos lácteos hechos de leche son una fuente importante de calcio para la mayoría de los niños pequeños, por lo que limitar estos alimentos puede conducir a una deficiencia. El calcio es importante para la formación y el crecimiento de huesos, dientes y músculos. Los niños pequeños entre las edades de 1 y 3 necesitan aproximadamente 500 mg de calcio al día. Otro nutriente de preocupación en una dieta sin leche es la vitamina D. Un niño pequeño necesita aproximadamente 400 UI de vitamina D por día.
Alimentos que debe evitar
Los alimentos que necesita para mantenerse alejado de su bebé sensible a la leche dependen del grado de su alergia. Algunos niños pequeños necesitan que se eliminen todas las fuentes de proteína de la leche de la dieta. Otros pueden tolerar pequeñas cantidades de yogur, queso o helado, pero no pueden soportar un vaso de leche. Si su hijo es extremadamente sensible, tendrá que mirar las etiquetas del producto para detectar la presencia de leche, productos lácteos, caseína o suero de leche. Los panes, pasteles, galletas, salsas, comidas preparadas y dulces pueden contener proteínas de la leche que podrían causar una reacción.
Alimentos para disfrutar
Un niño pequeño con una sensibilidad a la leche podría disfrutar de cereales fortificados con calcio, jugo de naranja, leche de soja, leche de arroz o tofu. Estos alimentos también pueden proporcionar vitamina D. El salmón enlatado con huesos suaves y aptos para el cuerpo es otra fuente de calcio y vitamina D para su niño alérgico. Los frijoles, las naranjas y las verduras de hoja verde también proporcionan calcio para satisfacer las necesidades de su niño en crecimiento. Si continúa amamantando hasta la niñez, la leche materna también puede proporcionarle algo del calcio que su hijo necesita. La leche materna humana no contiene las mismas proteínas que la leche de vaca, por lo que un niño alérgico puede seguir amamantando con seguridad hasta que la madre y el niño decidan dejar de hacerlo.