Respirar con una "garganta abierta" significa respirar con los músculos de la garganta relajados. Esto permite un flujo de aire más rápido, que puede ser de ayuda en los esfuerzos atléticos y musicales. La mayoría de las personas respira con un "cuello cerrado". Esto no quiere decir que la garganta no permita el flujo de aire, sino que los músculos que rodean la garganta estén al menos parcialmente flexionados. Al igual que con el desaprendizaje de cualquier otro hábito duradero, la mejor manera de aprender a respirar con la garganta abierta es practicar regularmente.
Video del día
Paso 1
Siéntate cómodamente en una silla que ofrece soporte. La instructora de yoga Kerry Collette advierte que algunas personas se vuelven mareadas cuando primero practican ejercicios de respiración.
Paso 2
Permita que su boca se abra y su mandíbula se abra y suelte. Esta es la acción más sencilla y más visible que puede realizar para relajar los músculos de la garganta.
Paso 3
Inhale profundamente expandiendo su diafragma, llenando su torso desde el abdomen hasta la clavícula. Respira solo tan profundamente como puedas sin sentir incomodidad. Tu tendencia natural una vez que sientas incomodidad será tensar los músculos de los hombros y la garganta.
Paso 4
Exhale profundamente empujando desde su diafragma, vaciando su torso desde la clavícula hasta el vientre. El flujo de entrada y salida de aire se parecerá a lo que le ocurre al agua cuando llena y vacía una jarra.
Paso 5
Mantenga la garganta y la mandíbula relajadas mientras repite este ciclo de 10 a 20 veces por sesión.
Consejos
- Una vez que este ejercicio básico ha arraigado lo que se siente al abrir la garganta, puedes comenzar a practicar con la mandíbula cerrada, pero con la garganta todavía relajada y abierta. Si no te sientes mareado al realizar estos ejercicios, puedes practicar durante los momentos de inactividad de tu día. Los semáforos, las líneas en el banco y las pausas comerciales son todas oportunidades para obtener algunas repeticiones.