El té de menta puede servir como una ayuda digestiva natural y como remedio para una variedad de enfermedades, desde la congestión sinusal hasta el síndrome del intestino irritable. A pesar de la prevalencia de sabor a menta en las pastillas de menta y los antiácidos de venta libre, sin embargo, el té de menta no es la mejor opción para tratar el reflujo ácido o la acidez. De hecho, la menta puede empeorar el problema, especialmente para las personas que sufren de enfermedad por reflujo gastroesofágico.
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Demasiada relajación
El esófago está conectado directamente al estómago, pero está separado por un músculo del esfínter que permite el flujo en una sola dirección. Cuando el músculo del esfínter está cerrado, la comida entra al estómago pero no vuelve a salir. El té de menta puede relajar los músculos del estómago, lo que puede ayudar en la digestión, pero también relaja el esfínter para que el ácido del estómago pueda retroceder al esófago, de ahí el término "reflujo ácido", y quemar el revestimiento del esófago. Entonces, si tiene acidez estomacal, no tome esa taza de té de menta.