El ejercicio es un componente importante del proceso de curación después de la cirugía. Mejora el tono muscular y aumenta el flujo de sangre al área, lo que facilita la curación. La cirugía abdominal no es diferente. Cuando se cortan los músculos, tiene debilidad y pérdida de tono. Una vez que su médico le dé luz verde, puede elegir entre varios ejercicios abdominales que puede realizar después de la cirugía para restaurar la fuerza y el equilibrio de su abdomen.
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Caminar
Caminar es una gran manera de comenzar su programa de ejercicios después de la cirugía. El American Council on Exercise dice que caminar tan pronto como sea posible después de la cirugía ayuda a minimizar el desgaste muscular, aumenta la circulación y acelera la curación. Comienza con caminatas cortas y fáciles y aumenta progresivamente el tiempo a medida que vuelvan tus niveles de fuerza y energía.
Respiración profunda
La respiración profunda es una forma suave de estirar y fortalecer los músculos abdominales. Este ejercicio se puede realizar sentado, parado e incluso acostado en la cama. Respire profundamente, permitiendo que su abdomen se expanda hacia afuera. Al exhalar, jala tu abdomen contrayendo tus músculos. Repita el ejercicio varias veces a lo largo del día, respirando tan profundamente como sea posible cada vez.
Compresión abdominal
Este ejercicio es ligeramente más avanzado que la respiración profunda y puede mejorar aún más la fuerza abdominal después de la cirugía. Siéntese o recuéstese en una posición cómoda, luego jale su ombligo hacia adentro contrayendo sus músculos abdominales. Mantenga la contracción durante cinco segundos, luego relájese. Repita la compresión de cinco a 10 veces varias veces durante el día. A medida que sus músculos se vuelven más fuertes, mantenga la contracción por más tiempo.
Inclinación de la pelvis
La inclinación de la pelvis es un ejercicio más avanzado para llevar a cabo después de la cirugía, pero fortalece los músculos abdominales de una manera suave. Acuéstese boca arriba en su cama o en el piso con las rodillas dobladas y los pies apoyados en el piso. Coloque una almohada debajo de la cabeza y relaje los brazos a lo largo de los costados. Inhala, contrae los músculos abdominales y presiona la parte inferior de la espalda contra el suelo para que la pelvis se incline hacia arriba. Mantenga esta posición de cinco a 10 segundos mientras continúa respirando. Relaje sus músculos, luego repita el ejercicio de cinco a 10 veces.