Un estilo de vida saludable implica comer una dieta balanceada, hacer ejercicio regularmente y controlar el estrés de manera efectiva. Tomar estas decisiones saludables todos los días puede afectar más que tu apariencia física; también puede aumentar tanto la duración como la calidad de tu vida al aumentar tu inmunidad a las enfermedades y mantenerte emocionalmente saludable.
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Salud mental
El estado de ánimo y la función cognitiva desempeñan un papel importante en la calidad de vida, la productividad y las relaciones interpersonales saludables. Según el American Journal of Psychiatry, una dieta occidental rica en grasas saturadas, carbohidratos refinados y alcohol está asociada con niveles más altos de depresión y ansiedad en las mujeres que una dieta rica en frutas, verduras y granos integrales. Si bien se necesita más investigación, comer una dieta balanceada que incluya una combinación de carbohidratos complejos, proteínas magras y grasas saludables puede ser una forma efectiva de proteger la salud mental.
Energía y resistencia
La salud es más que la ausencia de enfermedad. Un cuerpo saludable te recompensa con una vida de servicio en forma de altos niveles de energía, fuerza y longevidad. De acuerdo con Science Daily, el ejercicio de baja intensidad puede disminuir la fatiga en un 65 por ciento mientras aumenta los niveles de energía hasta en un 20 por ciento. Los adultos sanos deben apuntar a 30 minutos de ejercicio aeróbico de intensidad moderada todos los días para una buena forma física. La actividad se puede extender durante el día y puede incluir pequeños cambios como estacionar más lejos de las entradas o tomar las escaleras en lugar del ascensor.
Prevención de enfermedades
Las enfermedades crónicas como la enfermedad cardíaca, la diabetes tipo II y el cáncer son endémicas en la sociedad actual. Si bien los factores de riesgo, como los antecedentes familiares, son incontrolables, los factores relacionados con el estilo de vida, como la dieta, el ejercicio y la evitación de hábitos nocivos, pueden contribuir en gran medida a prevenir las enfermedades. La Clínica Mayo afirma que consumir una dieta baja en grasas saturadas, hacer ejercicio durante 30 minutos diarios y evitar el consumo de tabaco reduce en gran medida el riesgo de enfermedad cardíaca, la enfermedad crónica más común en los Estados Unidos. Comer una dieta nutritiva y hacer ejercicio regularmente también puede ayudar a prevenir el desarrollo del cáncer en personas con un mayor riesgo genético de la enfermedad, según la Sociedad Estadounidense del Cáncer.
Belleza y apariencia
Los hábitos de vida saludables son vitales para mantener una apariencia joven y atractiva. Por ejemplo, la vitamina A es compatible con la piel, el cabello y las uñas saludables, mientras que los antioxidantes como la vitamina C y el selenio ayudan a prevenir el daño causado por los radicales libres en el proceso de envejecimiento. Las elecciones de un estilo de vida saludable como comer una dieta balanceada y hacer ejercicio regularmente también ayudan a prevenir la obesidad. Evitar la exposición excesiva al sol, fumar y otros hábitos potencialmente dañinos promueve una apariencia juvenil al proteger contra el daño que puede acelerar el envejecimiento de la piel.