Según la Asociación Americana del corazón, la enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte relacionada con la enfermedad. La presión arterial alta y el colesterol alto son dos factores de riesgo principales que contribuyen al desarrollo de enfermedades del corazón. Muchos pacientes que corren el riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca o un accidente cerebrovascular toman medicamentos recetados para reducir la presión arterial y el colesterol.
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Presión arterial alta
Un aumento de la presión arterial puede atribuirse a un mayor volumen de sangre, a un aumento del gasto cardíaco o a un aumento de la resistencia arterial. Como resultado de presiones sanguíneas más altas, el corazón debe trabajar más para suministrar flujo de sangre al resto del cuerpo. La exposición prolongada a presiones sanguíneas más altas ejerce presión adicional sobre el corazón y puede debilitar el músculo cardíaco.
Colesterol alto
El colesterol alto ocurre cuando se encuentran cantidades elevadas de colesterol y otros lípidos en el torrente sanguíneo. Dado que el colesterol, junto con las plaquetas, son componentes principales de los coágulos de sangre, los pacientes que tienen colesterol alto corren un mayor riesgo de desarrollar coágulos que pueden ocluir el flujo de sangre a órganos vitales, incluidos el corazón y el cerebro.
Ataque cardíaco
La exposición a largo plazo a las fuerzas de cizallamiento de las presiones sanguíneas más elevadas puede dañar los revestimientos internos de los vasos sanguíneos arteriales. El daño puede atraer la acumulación de plaquetas y lípidos que pueden formar placas y coágulos dentro de las arterias que ocluyen el flujo sanguíneo. Cuando este proceso ocurre en las arterias que irrigan el corazón, los pacientes pueden experimentar angina o un ataque cardíaco, ya que las células del músculo cardíaco se ven privadas de sangre y oxígeno.
Accidente cerebrovascular
En algunos casos, los coágulos sanguíneos que se forman dentro de las arterias pueden desplazar y ocluir vasos sanguíneos más pequeños aguas abajo. Cuando esto ocurre en los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro, los pacientes pueden experimentar un accidente cerebrovascular isquémico. La presión arterial alta también pone a los pacientes en riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular hemorrágico ya que los vasos sanguíneos del cerebro se vuelven susceptibles a estallar debido a presiones sanguíneas más altas. Los pacientes deben hablar con un médico sobre sus preocupaciones con respecto al tratamiento de la presión arterial alta y el colesterol alto.