Si experimenta episodios recurrentes de acidez estomacal o indigestión, su médico puede recomendar un tratamiento con un antiácido llamado trisilicato de magnesio. Por lo general, el trisilicato de magnesio se usa junto con otro antiácido llamado hidróxido de aluminio para neutralizar el ácido en el estómago. El trisilicato de magnesio se administra por vía oral como una tableta masticable y solo debe tomarse según las recomendaciones de un profesional médico. Hable con su médico acerca de los efectos secundarios del trisilicato de magnesio antes de comenzar el tratamiento con este antiácido.
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Cambios en el movimiento intestinal
Puede desarrollar cambios en el movimiento intestinal como un efecto secundario de tomar trisilicato de magnesio. Las deposiciones difíciles, poco frecuentes o ausentes (un efecto secundario llamado estreñimiento) pueden ser incómodas y pueden contribuir a la hinchazón o dolor abdominal. Este medicamento también puede inducir deposiciones frecuentes que producen heces acuosas o blandas. La diarrea también puede estar acompañada de flatulencias excesivas o eructos, señala el sitio web de Patient UK. Si los cambios en el movimiento intestinal persisten, busque atención de un profesional médico.
Malestar estomacal
Este tipo de antiácido puede irritar su tracto digestivo. Puede experimentar sensaciones de náuseas o puede vomitar. La incomodidad del estómago puede provocar la pérdida de su apetito normal. Hable con su médico si los efectos secundarios estomacales molestos se vuelven severos o no disminuyen con el uso continuado de trisilicato de magnesio.
Debilidad muscular
El tratamiento excesivo o prolongado con antiácidos que contienen trisilicato de magnesio puede elevar la cantidad de magnesio en la sangre. Si esto ocurre, puede experimentar sensaciones de debilidad muscular como efecto secundario del tratamiento. La debilidad muscular puede afectar su capacidad para realizar actividades diarias normales, como levantar una bolsa de supermercado o subir un tramo de escaleras. Busque atención de un profesional médico si experimenta debilidad repentina o grave, ya que estos efectos secundarios también pueden ser signos de problemas de salud alternativos, como un derrame cerebral o esclerosis múltiple.
