El sarampión, también conocido como rubeola, se refiere a una enfermedad viral común y contagiosa que comúnmente afecta a los niños. Según la Clínica Mayo, los síntomas del sarampión incluyen fiebre, secreción nasal, tos seca, conjuntivitis (inflamación de los ojos), manchas de Koplik (pequeñas manchas blancas con un centro azul) y erupciones cutáneas. La vacuna MMR (sarampión, paperas y rubéola) está disponible para proteger a las personas del sarampión, indica Medline Plus.
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Neumonía
La neumonía es un efecto secundario común del sarampión. Según la Clínica Mayo, la neumonía es una inflamación de los pulmones debido a una infestación de bacterias, virus o hongos. Cuando ocurre esta infección, puede experimentar pleuritis (dolor de pecho con la respiración), fiebre, escalofríos y tos.
Bronquitis
Medline Plus indica que el sarampión puede provocar una inflamación de los conductos de aire que conducen a los pulmones. Esto se llama bronquitis. Cuando tiene bronquitis, puede padecer de fiebre, tos productiva (un tipo de tos donde se produce moco), sibilancias y dificultad para respirar.
Encefalitis
De acuerdo con la Clínica Mayo, una de cada 1000 personas desarrolla encefalitis poco después de un episodio de sarampión. A veces, la encefalitis puede desarrollarse años después de que se recuperó del sarampión. La encefalitis se refiere a un tipo de inflamación cerebral caracterizada por convulsiones, vómitos, coma e incluso la muerte.
Otitis Media
El sarampión también puede provocar una infección bacteriana común llamada otitis media. La otitis media a menudo se acompaña de dolor de oído, pérdida de audición, vómitos y diarrea.
Embarazo
El sarampión puede provocar un embarazo problemático. La Clínica Mayo afirma que el sarampión puede causar un aborto espontáneo, un nacimiento prematuro y un bebé de bajo peso al nacer.
Trombocitopenia
La Clínica Mayo indica que el sarampión también puede provocar bajos recuentos de plaquetas (sustancias en la sangre que ayudan a la cicatrización de heridas). Esto se llama trombocitopenia. Cuando tiene una lesión, su sangre puede no coagularse bien y puede sangrar profusamente.
