Los ácidos grasos poliinsaturados son un tipo de grasa saludable porque están hechos de grasas no saturadas. Los ácidos grasos poliinsaturados incluyen ácidos grasos omega-3, que se ha demostrado que promueven la salud. La American Heart Association recomienda ácidos grasos omega 3 diariamente para la salud del corazón. Las fuentes de ácidos grasos omega-3 incluyen el pescado de agua fría, pescado graso, nueces, maní, almendras, aceite de oliva y aceite de canola.
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Disminuye los triglicéridos
Un beneficio de los ácidos grasos poliinsaturados es que reducen los triglicéridos. La AHA recomienda a las personas con altos niveles de triglicéridos que sustituyan las grasas saturadas por grasas saturadas en la dieta. Las grasas poliinsaturadas se unen y eliminan las grasas no saludables, como las grasas saturadas, el colesterol y los triglicéridos. Un estudio en la revista de 2006 "Atherosclerosis", dirigido por el investigador E. Balk, explica que el aceite de pescado mejora el colesterol bueno conocido como colesterol de lipoproteínas de alta densidad y reduce los triglicéridos. Otro estudio dirigido por William S. Harris y publicado en el "American Journal of Clinical Nutrition" de mayo de 1997 muestra que aproximadamente 4 g de aceite de pescado al día reducen los triglicéridos en un 25 por ciento a 35 por ciento.
Reduce la presión arterial
Los ácidos grasos poliinsaturados pueden ayudar a disminuir la presión arterial. Varios estudios muestran este beneficio, incluido un estudio en la revista de 2007 "Hipertensión" dirigido por el investigador Hirotsugu Ueshima. El estudio evaluó las dietas de varias personas y descubrió que las personas que consumen aceites de pescado y grasas poliinsaturadas tienen una presión arterial más baja.
Mejora la depresión y el TDAH
Un beneficio para las grasas poliinsaturadas incluye la posibilidad de mejorar los síntomas de la depresión. Algunos estudios han demostrado beneficios mientras que otros no, aunque la suplementación no parece ser perjudicial. Un estudio de 2009 en "Reseñas nutricionales" dirigido por el investigador J. Sarris señala que los ácidos grasos omega-3 utilizados solos probablemente no sean beneficiosos a menos que se utilicen junto con un antidepresivo.
Las grasas poliinsaturadas también pueden beneficiar el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Un estudio en el "American Journal of Clinical Nutrition" de enero de 2000 dirigido por el investigador J. Burgess informa que 100 niños con TDAH tenían bajos niveles de grasas poliinsaturadas, lo que puede proporcionar el vínculo con los síntomas del TDAH y la posible posibilidad de disminuir los síntomas.