Las verduras crudas son una parte importante de una dieta sana y equilibrada, así que no tema incluir ensaladas o zanahorias en su plan de comidas todos los días. Dicho esto, todos los alimentos son propensos a la contaminación, y las verduras no son una excepción. Al practicar técnicas adecuadas de seguridad alimentaria, puede ayudar a reducir sus riesgos sin sacrificar una buena nutrición.
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Precauciones para el producto
La principal preocupación con las verduras crudas es la posible contaminación bacteriana, que puede provocar intoxicación alimentaria. Cocinar alimentos a altas temperaturas mata las bacterias; omita la cocción, y no obtendrá la misma protección. La Administración de Alimentos y Medicamentos recomienda reducir el riesgo de infección bacteriana al elegir vegetales no dañados, manteniéndolos separados de la carne, las aves y los mariscos, lavándolos bien y almacenando los alimentos refrigerados a temperaturas de 40 grados Fahrenheit o más fríos.
Los germinados de brotes
, como los brotes de soja o los brotes de alfalfa, presentan un mayor riesgo de intoxicación por E. coli u otras bacterias debido a las condiciones de crecimiento cálido y húmedo. Por lo tanto, la FDA recomienda que las mujeres embarazadas, los ancianos o cualquier persona con un sistema inmune debilitado eviten los brotes crudos, así como los que solo se han cocinado ligeramente.