Las personas pueden volverse deficientes en vitamina D debido a una dieta deficiente, ingesta excesiva de cafeína, tener una tez oscura o vivir en climas menos soleados. La vitamina D es creada por la piel al exponerse a la luz solar y la vitamina también se puede encontrar en alimentos y bebidas enriquecidos. La vitamina D es crucial para construir y mantener el estado de salud no solo de tus huesos sino también de tus dientes.
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Formación retrasada
La hipoplasia dental es una condición caracterizada por manchas blancas, pequeñas fisuras o surcos profundos en el esmalte de los dientes. Según el Instituto Nacional de Salud, esta condición prevalece en los niños nacidos de madres que padecen deficiencia de vitamina D. Según investigadores de la Universidad de Iowa, la hipoplasia del esmalte se remedia al unir el material del color del diente a los dientes o reemplazarlos con coronas de metal.
Integridad estructural
La vitamina D y el calcio son socios integrales para proporcionar dientes y huesos fuertes. Cuando usted es deficiente en cualquiera de los dos, su cuerpo debe mantener su suministro de esas vitaminas quitándolas de sus huesos. Además de los huesos débiles y porosos, la pérdida de hueso en la mandíbula puede provocar la pérdida de dientes a largo plazo.
Integridad estructural
Tener dientes blandos o deformes suele ser un rasgo hereditario que podría estar relacionado con la deficiencia de vitamina D. En el útero, un bebé depende del calcio, la vitamina D y el fósforo que su madre ingiere para formar huesos y dientes sanos. Si la ingesta materna es deficiente, la formación de esas estructuras y los niveles propios de vitamina D del niño se verán afectados. Esto puede traducirse en dientes débiles y malformados en la adultez.