Las tasas de consumo de refrescos han aumentado dramáticamente en los Estados Unidos, y muchas personas beben refrescos a diario. Al mismo tiempo, las crecientes tasas de obesidad y diabetes están causando preocupación. Dejar el refresco o al menos reducir su consumo es un paso sabio para mejorar su dieta y su salud en general.
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Retiro de cafeína
A corto plazo, dejar de tomar gaseosas puede provocar síntomas de abstinencia de cafeína. Estos pueden incluir dolor de cabeza, irritabilidad, fatiga y lentitud, dificultad para concentrarse, ansiedad, depresión y un deterioro en el rendimiento motor y cognitivo. La abstinencia de cafeína generalmente alcanza su punto máximo en las primeras 48 horas después de suspender el consumo de cafeína, y los síntomas desaparecen entre 2 días y una semana.
Nivel de azúcar en la sangre
ScienceDaily. com informa sobre investigaciones de laboratorio que demuestran un vínculo entre los refrescos endulzados con jarabe de maíz con alto contenido de fructosa y el desarrollo de la diabetes. El estudio reveló niveles extremadamente altos de carbonilos reactivos, compuestos que también son elevados en diabéticos y responsables de causar un daño tisular generalizado. Los niños parecen ser particularmente propensos a los efectos del jarabe de maíz con alto contenido de fructosa.
Dental Health
Los refrescos contienen una combinación de azúcar y ácido que promueve la caries dental. El ácido carbónico o fosfórico en la soda disuelve el calcio del esmalte, dejando una matriz ablandada que permite la entrada de bacterias. El azúcar se convierte en ácido por las bacterias en los dientes, causando un mayor daño.
Pérdida de peso
Los estudios han encontrado un vínculo entre los hábitos de consumo de refrescos y el aumento de las tasas de obesidad en los Estados Unidos. Tanto los adultos como los niños que regularmente toman refrescos terminan consumiendo más calorías en general y experimentan un aumento de peso. Beber refrescos dietéticos no parece mejorar la salud general. Existe evidencia de que estos edulcorantes artificiales en las bebidas dietéticas en realidad pueden aumentar los antojos de azúcar y contribuir a una dieta deficiente en general. Dejar los refrescos es un buen punto de partida para desarrollar hábitos alimenticios más saludables para fomentar la pérdida de peso.