Su cuerpo necesita zinc para combatir las bacterias y los virus. Un mineral esencial, el zinc también cura las heridas, fabrica ADN y proteínas, coagula la sangre y se necesita para el crecimiento. Sin zinc, no puedes ver, oler o saborear adecuadamente; su tiroides no funcionará bien; y la insulina resultará ineficaz. Sin embargo, algunas formas de zinc son mejores que otras.
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Alimentos vs. Suplementos
Obtener sus nutrientes esenciales a través de los alimentos es mejor que obtenerlos a través de suplementos. La comida también proporciona fibra y energía en forma de grasas, proteínas e hidratos de carbono, y es una fuente equilibrada de numerosas vitaminas y minerales. Los alimentos que contienen zinc incluyen ostras, carnes rojas, aves, pescado, queso, mariscos, frijoles, cacahuetes, granos enteros, semillas de girasol, verduras cocidas, calabaza, judías verdes, champiñones, cereales fortificados y tofu.
Tipos de suplementos
Los suplementos de zinc vienen en forma de acetato de zinc, sulfato de zinc, picolinato de zinc, glicerrato de zinc, monometina de zinc y gluconato de zinc. Aunque el sulfato de zinc es el más asequible, también es el más difícil de absorber y puede causar efectos secundarios, como malestar estomacal, según el Centro médico de la Universidad de Maryland. El picolinato de zinc puede ser el más fácil de absorber para su cuerpo. Los suplementos de zinc también vienen en combinación con otros minerales, como magnesio o calcio.
Otras formas
También puede usar pastillas de zinc, aerosoles nasales de zinc y geles nasales de zinc para ayudar con los síntomas del resfriado. De estas tres opciones, las pastillas de zinc son la opción más segura, ya que el uso de aerosoles nasales y geles puede hacer que pierda el sentido del olfato, según la Oficina de Suplementos Dietéticos.
Advertencias y consideraciones
No tome cinc adicional sin antes consultar con su médico, ya que estos suplementos pueden no ser adecuados para usted si toma ciertos medicamentos o tiene ciertas condiciones de salud. La ingesta de zinc en niveles superiores a 40 miligramos por día puede causar efectos adversos, incluida una menor función inmune, y un aumento del colesterol LDL y la disminución de los niveles de HDL.