La insulina es una hormona que ayuda a controlar el suministro de nutrientes a las células de todo el cuerpo. Aunque se sabe comúnmente que la falta de insulina conduce a la diabetes tipo 1, un exceso de insulina también conduce a problemas de salud potencialmente graves. Una gran cantidad de insulina exógena puede provocar una disminución excesiva de los niveles de azúcar en la sangre. Comer en exceso de forma crónica puede llevar a una elevación crónica de los niveles de insulina, lo que hace que las células dejen de responder a la insulina.
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Acerca de la insulina
La insulina es una hormona secretada por las células beta del páncreas. Además de regular el nivel de glucosa en la sangre, la insulina actúa como una señal general para que todas las células comiencen a extraer nutrientes de la sangre. Sin insulina, las células esencialmente morirán de hambre ya que no pueden transportar muchos nutrientes a la célula. La insulina también estimula las células en el hígado para restaurar el glucógeno y convertir el exceso de azúcar en ácidos grasos. El cuerpo deja de descomponer la grasa en los tejidos para obtener energía cuando la insulina está presente y usa azúcar, ácidos grasos y proteínas en la sangre como energía.
Sobredosis de insulina
La insulina exógena se administra como una receta para personas con diabetes tipo 1 y algunas otras afecciones. El alto consumo de insulina o sustancias que aumentan la insulina mímica o aumentan su eficacia pueden reducir excesivamente el azúcar en la sangre, lo que produce hipoglucemia. La hipoglucemia severa puede causar que el cerebro se cierre, dando como resultado el coma y la muerte. Los síntomas se deben principalmente a la disminución de la actividad cerebral, incluida la fatiga, el dolor de cabeza, la confusión, el hambre y la debilidad. Si cree que puede haber tomado una sobredosis de insulina o tiene hipoglucemia grave, busque atención médica de inmediato.
Efectos a corto plazo en personas no diabéticas
Incluso si no necesita preocuparse por tomar demasiada insulina recetada, los niveles altos de insulina deberían ser una preocupación. Comer en exceso de forma crónica conduce a la abundancia persistente de nutrientes en la sangre, la señal que hace que se cree la insulina. Una vez que las células en su cuerpo están llenas, ya no responden a la insulina y toman nutrientes. A medida que la insulina se mantiene elevada, las células se vuelven resistentes a la señalización de la insulina y la glucosa, los ácidos grasos y el colesterol se acumulan en el torrente sanguíneo. Con la insulina circulante alta, su cuerpo se resiste a romper las grasas para obtener energía.
Efectos a largo plazo en personas no diabéticas
La elevación persistente de nutrientes e insulina en el torrente sanguíneo, una afección llamada hiperinsulinemia, finalmente conduce a la diabetes tipo 2. Eventualmente, el estrés elevado de intentar perpetuamente eliminar nutrientes de la sangre fatiga las células beta que producen insulina. Además, la hiperinsulinemia aumenta en gran medida el riesgo de desarrollar otras enfermedades, incluidas las enfermedades cardiovasculares, la obesidad, el síndrome metabólico y otros trastornos endocrinos en las mujeres.La hiperinsulinemia se puede evitar con una dieta saludable y ejercicio constante y otra actividad física.