Cada vez que camina, corre o se para, está poniendo tensión en las articulaciones de su rodilla, y los jugadores de fútbol ejercen más presión en sus rodillas que los no atletas. Los elementos de soporte de la articulación de la rodilla se componen casi exclusivamente de tejidos blandos, como tendones, ligamentos, cartílagos y músculos pequeños que son propensos a lesiones. Una vez que entiendas qué es lo que está causando tu dolor, puedes elegir una opción de tratamiento, prevenir futuros dolores y volver al juego.
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Causas del dolor de rodilla
La condromalacia se refiere a un dolor sordo y adolorido debajo de la rótula como resultado del uso excesivo, y la condición es muy común en los corredores, ciclistas y jugadores de fútbol. Los cambios repentinos de dirección comunes en el juego de fútbol pueden causar desgarros en el ligamento cruzado anterior, o ACL, o el menisco. Ambas lesiones suelen causar dolor intenso, hinchazón, dificultad para enderezar la rodilla y una sensación de inestabilidad articular.
Opciones de tratamiento
La forma en que trata el dolor de rodilla depende en gran medida de la causa. Las lesiones del LCA o las roturas del menisco pueden requerir cirugía artroscópica. El dolor general de la rodilla por la condromalacia que muchos jugadores experimentan en el fútbol se puede tratar con analgésicos de venta libre, formación de hielo, aparatos ortopédicos o cintas adhesivas para apoyo, y actividades de menor impacto que no implican cambios de dirección rápidos. Si experimenta dolor de rodilla repentino, agudo o persistente mientras juega, haga una cita con su médico o un entrenador de atletismo.
Prevención
Una vez que haya tratado su dolor de rodilla, debe tomar medidas para garantizar que su lesión no vuelva a ocurrir. Revise sus tacos para ver si hay signos de desgaste, especialmente en las plantas. Reemplace los zapatos gastados con los nuevos de apoyo. Si padece condromalacia, considere hablar con un fisioterapeuta sobre ejercicios para mejorar la alineación de su rodilla cuando camina o corre. Haga entrenamiento de fuerza en los músculos de sus piernas para ayudar a prestar apoyo a su rodilla.
Ejercicios de fortalecimiento de la rodilla
Los cuádriceps, los isquiotibiales y los músculos externos de la cadera dan estabilidad a la articulación de la rodilla. Cuando saltas para un encabezado o un paso con un alto impacto después de cambiar de dirección o patear la pelota, estos músculos evitan que la rodilla se derrumbe hacia adentro. Pruebe las prensas de piernas, las estocadas, las sentadillas, las extensiones de las piernas y los rizos de los isquiotibiales para aumentar la fuerza en los músculos de la parte superior de las piernas y ayudar a prevenir futuros dolores y lesiones en la rodilla.