La obesidad es una epidemia en los Estados Unidos, y casi el 60 por ciento de los hombres y las mujeres tienen sobrepeso o son obesos. Esta es una de las muchas afecciones relacionadas con la nutrición que pueden provocar enfermedades cardiovasculares. Afortunadamente, las personas se dan cuenta de que la necesidad de un estilo de vida saludable es importante. Sin embargo, el USDA concluyó en una encuesta de 2000 que, independientemente de lo que las personas conozcan sobre la salud, eligen no mejorar sus dietas. Varios factores contribuyen a esta falta de motivación, incluidos los comportamientos aprendidos y fuertes creencias básicas.
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Fundamentos dietéticos deficientes
La base de sus hábitos alimenticios comenzó en la primera infancia. Le enseñaron a limpiar su plato, sin importar el tamaño de la porción, y comer tres comidas al día. Estas fueron pautas bien intencionadas de sus cuidadores, pero pueden contribuir a su incapacidad para comer con menos frecuencia. Si te criaron en la era de las microondas y las comidas preparadas, aprendiste que los alimentos procesados eran rápidos y sabrosos. Lo que no sabías era que estas comidas carecían de valor nutritivo. Los hábitos alimenticios tempranos allanaron el camino para sus elecciones actuales, pero no tiene que permanecer vinculado a estas bases, especialmente si su salud depende del cambio.
Misinformation and Attitude
Decidiste probar diferentes dietas o cambiar tus hábitos alimenticios, pero te ves abrumado por información nutricional contradictoria en los medios. Es difícil entender cuáles son los mejores o más saludables hábitos de nutrición cuando se anuncian numerosas dietas como la mejor forma de mantenerse saludable. Usted elige comidas en el microondas comercializadas como saludables en lugar de aquellas con alto contenido de grasa, pero el problema con los alimentos congelados es que carece de nutrición a base de vitaminas, minerales y macronutrientes. Los paquetes dicen saludable, sin embargo, la comida no es porque se procesa y tiene ingredientes añadidos que prácticamente anulan los aspectos saludables de la comida. Es confuso y complicado, lo que hace que quieras seguir con lo que sabes en lugar de cambiar.
Motivación baja
El cambio es un proceso gradual y es diferente para todos. De acuerdo con la Academia Estadounidense de Médicos de Familia, usted cambia las conductas a medida que cambia su nivel de motivación y comprensión. Empiezas precontemplativo, lo que significa que sabes que no comes sano pero que no te está causando ninguna angustia notable por querer cambiar. Sigue escuchando sobre la salud en las noticias y comienza a pensar qué puede hacer diferente, pero todavía no está seguro. Gradualmente, puede buscar apoyo o información adicional para ayudarlo a prepararse para el cambio. En esta etapa de preparación, puede comenzar a comprar alimentos nuevos o reducir el consumo de comida chatarra, pero no está listo para sumergirse totalmente en buena salud.
Cambio lento
Después de un tiempo de pensar y hacer cambios sutiles, decides actuar. Aumenta su ingesta de frutas y verduras, come alimentos horneados en lugar de fritos o prepara almuerzos frescos para el trabajo en lugar de ir al restaurante de comida rápida. Las acciones que realiza se cumplen con resultados visibles, como sentirse emocionalmente mejor, bajar de peso y bajar la presión arterial. Esto lo motiva a continuar sus nuevos hábitos alimenticios más saludables. Sin embargo, algunas personas no obtienen el nivel de resultados que desean rápidamente con un cambio lento y esto puede impedir un mayor progreso. Recompense su lento cambio en cada paso del camino para que se mantenga motivado para luchar por la buena salud.
Consejos para comer saludablemente
Comer sano implica obtener las calorías diarias necesarias que necesita para obtener energía, así como también nutrientes adicionales de vitaminas, proteínas y carbohidratos. Elija alimentos frescos como verduras, frutas y granos integrales para obtener energía saludable en lugar de alimentos envasadas, enlatados, congelados o procesados. Coma pescado fresco y pollo en lugar de grandes cantidades de carne roja para reducir el consumo de grasas saturadas. Use aceite de oliva en lugar de manteca de cerdo, mantequilla o margarina. Limite su consumo de golosinas dulces y coma fruta como bocadillos o postre en su lugar. Elija lácteos bajos en grasa como fuente de calcio y lea las etiquetas de nutrición para medir la cantidad de colesterol, grasas saturadas y calorías en los alimentos que come con frecuencia. Consulte a su médico sobre un plan de dieta saludable para su condición y añada ejercicio diario como parte de un estilo de vida saludable.